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Descubre tu estructura psíquica

Se sabe que Sigmund Freud desarrolló el método psicoanalítico y sus principales conceptos durante el tratamiento de pacientes histéricas…

Descubre tu estructura psíquica
M. en T. Psic. Carlos Chávez Macías

Para Sigmund Freud (1856-1939), creador del psicoanálisis, existían tres tipos de personas: normales, neuróticos y psicóticos. Para él, la diferencia entre un sujeto normal y uno neurótico es únicamente cuantitativa: una conducta normal exagerada en algún aspecto se convierte en conducta neurótica 1  .

Para Jacques Lacan (1901-1981), quien revolucionó el psicoanálisis freudiano relacionándolo con la lingüística, no hay un estado de salud mental que pudiera denominarse normal. Distingue tres estructuras psíquicas: neurosis, perversión y psicosis.

Dependiendo del modo en que se hayan organizado en los primeros años de vida las diferentes funciones entre el padre, la madre y el hijo alrededor de la idea de completud, de los deseos, las fantasías y actitudes, quedará determinada la estructura de un sujeto.

Ahora bien, las estructuras psíquicas son mutuamente excluyentes: un individuo neurótico no puede ser perverso ni psicótico; un perverso no podrá ser neurótico o psicótico; y un psicótico no llegará a ser nunca neurótico o perverso 2  .

1.- Estructura neurótica
La mayoría de los seres humanos caemos en la clasificación de neuróticos porque en nuestra infancia se produjo represión de algunos episodios. Existen dos tipos de neuróticos: histéricos y obsesivos.

Es conveniente señalar que, para Lacan, los términos neurótico, histérico, obsesivo, etc. no son despectivos ni señalan una enfermedad: designan estructuras psíquicas.

La persona histérica es alguien que en los primeros años de vida se sintió poco amada por su madre. En muchos casos no es que no haya sido amada suficientemente sino que ella así lo percibió. La persona obsesiva, por el contrario, se sintió muy amada por su madre.

El deseo insatisfecho en la persona histérica
Una persona histérica buscará mantener su deseo insatisfecho; de aquí que cuando se le ofrece todo o abruma con atenciones no será feliz ya que buscará a toda costa la posibilidad de seguir deseando. Es el caso de la hija que se molesta con la madre que se desvive en despertarla, ponerle el agua de la regadera, escogerle la ropa, servirle el desayuno, etc., pero que no la deja desear.

Se sabe que Sigmund Freud desarrolló el método psicoanalítico y sus principales conceptos durante el tratamiento de pacientes histéricas. Así, por ejemplo, publicó al respecto el llamado “Caso Dora”, el cual fue llevado al teatro hace algunos años en la excelente obra: Feliz nuevo siglo doktor Freud. Ahí describe el tratamiento psicoanalítico de Dora que, como histérica, está aquejada de dolencias y síntomas físicos, que no tienen causa orgánica.

El deseo imposible en la persona obsesiva
Un sujeto obsesivo, al sentirse demasiado amado y tan cerca de la madre de tal modo que casi desplaza al padre en el afecto de ella, se siente irremediablemente culpable. Por ello, se volverá “culpígeno”; es decir, vivirá culpas con facilidad. Para justificar su existencia y disminuir la culpa se dedicará al trabajo enajenante y establecerá rituales compulsivos. Recientemente fue publicado un libro titulado El hombre que confundió el trabajo con la vida, el cual ilustra lo anterior con claridad.

La persona obsesiva, a diferencia de una histérica, buscará mantener su deseo imposible, que no se realice; así un varón obsesivo puede cortejar a una mujer y luego a otra, sin comprometerse con ninguna.

Pregunta histérica: ¿qué es una mujer?
Para Lacan, la neurosis tiene estructura de pregunta. Es decir, tanto las personas histéricas como las obsesivas tienen una pregunta inconsciente a lo largo de su vida. Las histéricas se interrogan acerca del sexo propio. Dicha pregunta inconsciente es: ¿qué es una mujer? o ¿qué significa ser mujer?

Y esto tiene implicaciones en la vida cotidiana. Parecería que las personas histéricas disfrutan compartir intimidades, espiar las cartas de las hijas, etc. intentando dar respuesta a su pregunta no consciente de qué significa ser mujer.

Pregunta obsesiva: ¿Estoy vivo o muerto? ¿Por qué existo?
Por el contrario, las personas obsesivas se preguntan acerca de la existencia: a lo largode la vida intentarán responder a su interrogante inconsciente: ¿estoy vivo o muerto? o ¿por qué existo?

Por ello, se inclinarán por actividades que tengan que ver con la vida y la muerte e intentarán dar respuesta al “sentido de la vida”.

2.- Estructura perversa
En muchas ocasiones hemos escuchado o leído que algún asesino, secuestrador o violador “está loco”. Sin embargo, en la mayoría de los casos se trata de sujetos de estructura perversa en donde no hay locura. Un ejemplo es el famoso Marqués de Sade, que dio origen al término de sadismo, para designar la perversión sexual en la que se obtiene placer al provocar sufrimiento a otra persona.

Generalmente el perverso vivió en etapas tempranas una seducción erótica por parte de la madre con la complicidad y silencio del padre, a quien rechaza, por lo que siempre buscará transgredir y desafiar todo tipo de leyes y normas (ya que a nivel inconsciente el padre debe imponer la ley en el Complejo de Edipo) 5 . La única ley para el perverso es la de sí mismo.

No obstante, debemos decir que el psicoanálisis distingue entre los actos perversos y la estructura perversa. Es decir, puede haber actos perversos (fetichismo, masoquismo, sadismo, exhibicionismo, etc.) realizados por personas no perversas.

3.- Estructura psicótica
Lacan afirma que para que se produzca la psicosis (locura) debe haber la operación de la forclusión, que consiste en la exclusión total del padre 6 . En la forclusión el niño queda fusionado con la madre, por ausencia del llamado padre simbólico.

No se requiere que el padre real esté diciendo ¡sepárense, sepárense! Quien provoca la sana distancia entre hijo y madre es el padre simbólico. El padre biológico puede no existir. El padre simbólico es aquello que la madre transmite sobre el padre.

Al no haber padre simbólico que separe la unión de la madre con el hijo, el psicótico no tiene acceso a lo simbólico. Por ello cuando alguien dice: ¡se me vino el mundo encima!, el psicótico imagina que el globo terráqueo está aplastando físicamente a quien lo dijo.

Lacan distingue tres clases de psicosis: paranoia, esquizofrenia y psicosis maniaco- depresiva. Debe mencionarse también que en las psicosis está presente el inconsciente, pero no funciona.

Conclusión
La estructura psíquica no puede ser cambiada: queda determinada por las experiencias de los primeros años de vida y establecida para siempre.

De aquí la importancia de que ambos padres sean conscientes de la importancia de la infancia, asumiendo sus roles para facilitar las identificaciones. Por ello, en mi opinión, Juan David Nasio 7  concluyó que “la salud mental es el estado de un sujeto capaz de conocer sus límites y de amarlos”.


1 Cfr. Dylan Evans, Diccionario introductorio de psicoanálisis lacaniano, Buenos Aires, Paidós, 1997, p.137.
2 Cfr. Dylan Evans, ibid., p.84.
3 Cfr. Dylan Evans, ibid., p.106.
4 Cfr. Dylan Evans, ibid., p.137.
5 Cfr. Joël Dor, Estructuras clínicas y psicoanálisis, Buenos Aires, Amorrortu editores, 2000, p.69.
6 Cfr. Jöel Dor, Introducción a la lectura de Lacan, Barcelona, Gedisa, 1994, pp.113 y 114.
7 J.D. Nasio, Un psicoanalista en el diván, Buenos Aires, Paidós, 2001, p.23.

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