Política
Polvo a contraluz
A los que se han detenido en medio de la tormenta para abrazarme…

Polvo a contraluz
Fernando García Álvarez
A los que se han detenido en medio de la tormenta para abrazarme.
Primium non nocere dice una máxima médica acerca de que el beneficio obtenido sea mayor que el daño que se le pueda hacer al paciente, lo primero es no hacer daño.
Infiero que esta vieja opinión puede aplicarse a nuestra vida cotidiana en general y reflexionaba en esto hace unos días a partir de algunos comentarios vertidos en el chat de un grupo familiar, grupo no exento de las enfermedades sociales de nuestro tiempo.
La enfermedad nos dice el diccionario de la real academia española es la alteración más o menos grave de la salud, la pasión dañosa o alteración en lo moral o espiritual, también la anormalidad dañosa en el funcionamiento de una institución, colectividad, etc.
Es este caso me refiero más exactamente a las enfermedades morales y quizá a las mentales, me explico:

Retrato del escribidor de este texto portando en la diestra la prueba fehaciente de que sí hay medicamentos para el cáncer en el sector público. Foto de Jaquelina Rodríguez Ibarra.
Hace años recibo tratamiento en un hospital del sector Público para un mieloma múltiple de muy difícil cura, contra todo pronóstico, hiel y ponzoña de muchos frente al amor, solidaridad y empatía de otros más fui candidato a un exitoso trasplante de médula ósea hace ya 3 años, pero la enfermedad sigue ahí agazapada.
Mi médico tratante desde hace 9 años me dio la maravillosa noticia apenas hace un par de meses de que al ampliarse el cuadro de medicamentos para el tratamiento de las enfermedades como el cáncer que yo padezco había sido uno de los seleccionados para tener acceso a un fármaco de muy difícil acceso en las clínicas y hospitales del sistema de salud público en las pasadas administraciones del país. Este milagro sucedió como en un sueño, el trámite fue rápido y sencillo, recogí loco de contento mi pasaporte a la vida en la farmacia que recién edificaron en el hospital después de solicitarla médicos y pacientes por lustros.
Me parece que, así como solo conocen el significado de la libertad los que han sido esclavos, solo conocen el significado de la vida quienes hemos estado a punto de perderla, he pasado largas, difíciles, extenuantes pruebas, análisis y diagnósticos, meses hospitalizados, semanas que suman años en quimioterapias luchando por mi vida con lo que ello signifique, siempre de la mano de mi amada esposa, algunos muy queridos familiares, compañeros de trabajo y amigos.
Como lo supondrás querido lector quise comunicar de inmediato y con gran alegría la noticia del milagro al menos a los que creí más cercanos, claro la familia. Mayormente festejaron, algunas respuestas de indiferencia ya las esperaba, lo que me sorprendió fue el sordo odio subyacente en otras. El simple hecho de mencionar cierto contexto de las condiciones actuales y agradecer los esfuerzos por dotar de mejores servicios médicos públicos a quienes no podemos pagar atención médica privada obtuvo por respuesta inmediata alguna descalificación gratuita, escribieron que mi proceder mediaba entre el de un adulador y un sicofante, pero en términos más coloquiales.
¿Me estaba llamando lame suelas o algo similar este hombre que ha compartido las mismas condiciones de marginación económica de la mayoría desde siempre?, luego llegó el encono y descalificaciones a quien hoy actúa en nuestro beneficio en la presidencia de la república.
Explotó de odio al sentir que mi comentario contradecía la narrativa del poder empresarial. Pese al hecho consumado de que yo soy la prueba fehaciente que contradice la campaña de que no hay medicamentos para tratar el cáncer en México y a las pruebas me remito.
Formo parte de lo que algunos denominan generación híbrida y como tales, obligados por la heterodoxa existencia que tratamos de ceñir a la práctica diaria en pretendida congruencia, omití en la respuesta del chat de marras un primer punto en el que ahora abundaré:
Crecí en un mundo donde la educación, urbanidad y buenos modales eran parte fundamental de las relaciones familiares, mis padres de manera ejemplar pusieron el respeto como piedra primera del edificio de mi formación, una falta de respeto a cualquier hermano o primo máxime a tíos, profesores, vecinos o abuelos implicaba un severo castigo, incluso físico. Y no estoy diciendo, aunque ya tengo mis años, que todo tiempo pasado fue mejor, afirmo lo contrario soplan vientos de cambio, analicemos la historia.
Lo que sí confirmo es mi convicción del diálogo con respeto, empatía y mucha inteligencia para argumentar de manera razonada más allá de las personalizaciones y en un marco de información sin sesgos ni fanatismos ni distorsiones mediáticas. ¿Ríes querido lector acaso te ha pasado algo similar?
En un segundo punto encontré en el chat un campo semántico sembrado de esas palabras que lanzan como en un bombardeo inmisericorde las pantallas y bocinas del mass media, para usar un término pasado de moda como yo. Los medios de comunicación de masas pues; ratero incongruente, corrupto, mitómano, etc., ¿Sabemos en su exacta dimensión el significado de las palabras?
Entonces quise recurrir al diccionario ideológico de la lengua española, pero en el camino, en una parte polvosa del librero no muy lejana de los diccionarios encontré la amarillenta edición de un viejo libro que me legó un añorado amigo librero, fotógrafo y dibujante de la facultad de filosofía y letras de la UNAM, Memo H. Vera. El ejemplar hallado por accidente se trata de la exitosa y popular obra Los envidiosos de Francesco Alberoni.
Saqué el ejemplar del librero y soplé sobre él, polvo a contraluz gravitaba formando nuevas galaxias. Evidentemente las pasiones mueven al mundo. El escritor italiano en su clásico de la década de los 80 ¿tendría alguna respuesta o propuesta a mis cavilaciones? Los oligarcas dueños de los instrumentos de la comunicación y a su vez casi por osmosis los empleados de estos y las audiencias víctimas de un adoctrinamiento indemne han sido presa de una antiquísima pasión paradójica y terriblemente destructiva; la envidia. ¿Tienen envidia del enceguecedor fulgor de su némesis o enemigo acérrimo Andrés Manuel López Obrador?
Muy de entrada ya en la primera línea del libro en el capítulo “La confrontación envidiosa” se lee:
Deseamos lo que vemos. Ser como los demás, tener todo lo que tienen los demás pero qué pasa al no poder obtener lo que poseen aquellos modelos sociales, ¿viene la frustración?
Dice el autor que damos un paso atrás, retrocedemos de
… varias formas; cólera, tristeza, renunciamiento. O bien, un rechazo con el modelo con el cual nos habíamos identificado. A fin de contener el deseo, rechazamos a la persona que nos lo ha suscitado, la desvalorizamos, decimos que no tiene méritos, que no vale nada. Esta es la primera raíz de la envidia.
La otra raíz de la envidia surge de la exigencia de juzgar. A fin de saber cuánto valemos con algún otro. Empezamos de niños cotejándonos con nuestros hermanos y es nuestra madre quien nos compara con él.
En el vasto universo del inconsciente personal y colectivo un cúmulo de deseos reprimidos alimenta nuestros actos y emociones profundas de apariencia tan superficial que nunca nos mueven a la reflexión. Avanzando en la lectura ya en el capítulo 9 el estudioso de los movimientos colectivos y las emociones nos especifica.

La derecha sale a las calles a protestar por el supuesto viraje al comunismo en la política económica, les gusta el capitalismo salvaje. Foto: Fernando García Álvarez.
Qué envidiamos
Envidiamos lo que más deseamos, los objetos más colmados de nuestro deseo. Los envidiamos cuando los vemos en las manos de otro, realizados por otros, mientras nos están vetados irreparablemente. Comprendemos su valor mediante una confrontación inmediata; el suyo es mejor, el mío es peor; él es mejor yo soy peor. El sentimiento de impotencia produce en nosotros una impresión de no valer, de derrota, de envilecimiento, y un movimiento de odio, de destrucción.
La envidia se refiere tanto a lo que se tiene como a lo que se es, a los objetos como a la calidad, a las posesiones como a los reconocimientos.
Vaya descubrimiento ¡Es lógico, claro y evidente que los detractores de lo que significa un cambio de rumbo en el destino del país envidian hasta los detalles más nimios del actor político que en la cúspide de su proyecto de transformación los opaca! Además, los ha desplazado de los reflectores y el ejercicio del poder sumiéndolos en la impotencia.
En el capítulo “La intoxicación envidiosa” se abordan los síntomas de la envidia mismos que podemos reconocer a kilómetros en nuestros ya citados maledicentes.
Siempre describimos la envidia como un acto puntual. Dirigido hacia un objeto bien definido. Pero desde el punto de vista psicológico, la envidia también es una manera de mirar a los demás, un rasgo de la personalidad.
Con frecuencia, el envidioso no se limita a observar con ojo maligno a su colega. Mira con los mismos ojos a su vecino, al compañero que conoce en unas vacaciones, al conocido que lo invita a su nueva casa de campo, al afortunado ganador de la lotería., se podría trazar un perfil de la personalidad envidiosa., la enfermedad envidiosa, produce verdaderos síntomas propios.
Para Alberoni la maledicencia es el síntoma más obvio y notable de la envidia. El envidioso trata de desvalorizar al otro a los ojos de la mayor cantidad posible de personas sobre todo de los más influyentes., y es aquí donde debo regresar al segundo punto de este ocurso para ejemplificar esa maledicencia o acto con el objetivo de denigrar.

Políticas culturales de inclusión y tolerancia en la Ciudad de México. Foto de Fernando García Álvarez.
¿Recuerdas amigo lector? Aquello del campo semántico ya por todos conocido y floreciente gracias a las églogas veraniegas de “Píndaros” rabiosos, tinterillos orgánicos y damnificados del rating; ratero, incongruente, corrupto, mitómano, mesías tropical, feligresía irracional, prietos, perrada agresiva, morenacos, jodidos, muertos de hambre, etc.,
Mis familiares maledicentes ¿destilan la envidia infiltrada en su inconsciente por el bombardeo mediático, infodemia e ignorancia o tan solo son raros especímenes aislados emocionalmente producto de una época en la que el capitalismo salvaje nos ha convertido en animales aterrorizados tratando de sobrevivir?
De ser cierta al menos en parte la intoxicación envidiosa, muy posiblemente ese amigo, primo o vecino desconocido volcando odio indiscriminado por tus publicaciones en las redes sociales no sea otra cosa que un frustrado admirador tuyo que en la soledad de su inconsciente sufre lo indecible por no poder ser como tú, por no tener tu éxito. Quizá ocurra también que del tipo que detestas a muerte requieras muy en el fondo de tu ser un poco, tan solo un gramo de su atención.
Todo, dice vox populi tiene remedio menos la muerte y generosamente a manera de colofón Alberoni incluye en Los envidiosos el capítulo “Superar la envidia”.
La envidia puede adoptar mil formas espeluznantes y terribles, odio, rencor, resentimiento, exclusión social, racismo, fascismo, sionismo, etc., para superarla debemos reconocernos en el otro, vivir libre es reconocer las necesidades y deseos colectivos, con lucida mente abierta estar vigilante para reconocer y aceptar la naturaleza de lo diverso en una convivencia tolerante.
Posdata; además opino que se debe juzgar a los expresidentes por traición a la patria, ni perdón ni olvido.

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La otra cara del silencio es la palabra
Jaquelina Rodríguez Ibarra
“Vámonos patria a caminar, yo te acompaño.”
Otto René Castillo
Suele decirse que “el que calla otorga”, donde “callar es no decir algo y otorgar es conceder algo que se pide o se pregunta”. Por ello hemos de resolver no callar, aunque generalmente cuando las verdades se encuentran a través de la palabra, es cruel el combate.
Mi memoria me dice que, en 1973, tuvimos que dejar Tizayuca, Hidalgo cuando el gobernador de aquel estado era Manuel Sánchez Vite. El motivo de este exilio en nuestra propia patria fue porque mi padre, Jacinto Rodríguez Moreno, se atrevió apoyado por el pueblo con una candidatura independiente a contender por la presidencia municipal de tal lugar, cuando el partido en el poder era el PRI (convertido hoy en PRIAN PRD). Ante la desaparición y encarcelamiento de mi padre primero, y después las amenazas de muerte y atentados, se presentaron dos opciones, continuar al frente de un movimiento a contracorriente del poder hegemónico y morir o dejar atrás los ideales de justicia. Optamos por lo segundo temporalmente y fuimos una familia más en busca de estabilidad emocional lejos de la política que nos había herido. No por ello nos apartamos de aquella concepción de la vida dictada por el deseo de justicia, equidad e igualdad en los seres humanos. La vida pública, dijo Ortega y Gasset, es a la par que política cultural.
Así fue como me permití comparar a Andrés Manuel López Obrador con mi padre; pues creo que ambos son ejemplo de hombres en busca del bien común, luchando por conseguir nuestra verdadera autonomía y seguridad social como nación. Basta con mencionar que mi padre llevó el agua potable a los Barrios que conforman Tizayuca, la Cruz Roja y el rastro que llevó su nombre alguna vez, y qué decir de Andrés Manuel quien como presidente constitucional de México ha buscado la autosuficiencia del país en proyectos a futuro como la compra de la refinería Deer Park en Houston, Texas, propiedad de Shell y la construcción de la Refinería Olmeca Dos Bocas en Tabasco; en el campo energético también la propuesta de cambios en la política energética; la construcción del AIFA, Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, que hace apenas unas semanas fue puesto en funcionamiento, y entre otros proyectos aterrizados en la patria, la ampliación del cuadro básico de medicamentos del sector saludo, IMSS e ISSSTE, todos ellos con la finalidad de permitir a la sociedad mexicana autosuficiencia y soberanía nacional. Sin embargo, este hecho, comparar a un ciudadano con el otro, fue inaceptable para algunas personas a las que me unen lazos consanguíneos por considerar al actual presidente un hombre reprobable. Como muchos de los detractores y odiadores del actual gobierno en México, mi familiar emitió un juicio fundamentado únicamente en lo que escucha en la televisión en boca de sus personajes, “patiños” de sus jefes oligarcas. Así como él una parte de la sociedad no se exige más allá de lo que escucha y otros piensan por ellos. Cuando los adversarios de la Cuarta transformación que encabeza el presidente constitucional de México Andrés Manuel López Obrador se manifiestan en las calles, en los medios, en sus casas evidencian su carencia discursiva e ideológica, aun los pseudointelectuales que los representan y guían. “Hombres medio, hombres masa” que se encuentran en cada clase social muy alejados de la autenticidad y del lujo del intelecto.
El pasado 3 de abril en una marcha pobre en número e ideas, el “hombre masa” de México se manifestó en las rutas sempiternas de las marchas sociales en esta Ciudad de México. Con agravios, contradicciones y resentimientos alzaron la voz para decir “Terminas y te vas” slogan publicitario más que consigna social, que terminó siendo la ratificación del mandato a Andrés Manuel López Obrador. El “Terminas y te vas” anticipó el ejercicio de consulta ciudadana de este 10 de abril. Ellos mismo han ratificado el mandato de Andrés Manuel López Obrador para que continúe hasta el 2024, donde ratificar (ratificación es el sustantivo) es “Aprobar o confirmar actos, palabras o escritos dándoles por valederos y ciertos”. El “Hombre medio, el Hombre masa” no se exige más que los demás, “repite en sí un tipo genérico” de ser, el alienado sin juicio, quedando así su argumento de que la Consulta de Revocación de mandato es una farsa y anticonstitucional en el vacío. El contingente de esta marcha fue parco y sin aliento, insignificante, que se esfumó como la bruma de una mañana fría en primavera.
Días después de este evento, el 6 de abril, cuando regresaba a casa caminando por estas mismas rutas me encontré con otro contingente mayor y más palpable. Desde Bellas Artes hasta el Monumento a la Revolución se escuchaban y leían dos consignas: participar el 10 de abril en la Consulta de Revocación de mandato y apoyar la Reforma eléctrica propuesta por el actual gobierno de la República. “Batalla doble por la soberanía” en palabras de Epigmenio Ibarra. Compatriotas de visita en CDMX se sumaron a la manifestación mientras otros cantaron y participaron de la verbena popular, se tomaron selfis y con elocuencia y estilo discurrieron ante los cambios manifiestos de la 4T. Las calles estuvieron repletas de conciudadanos, de colores y música.

Marcha en apoyo a la ratificación de mandato de Andrés Manuel López Obrador y a la Reforma eléctrica en la Ciudad de México. Foto de Jaquelina Rodríguez Ibarra.
El artículo 39 de la Constitución mexicana dice:
La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su Gobierno.
Así es, el pueblo somos todos y este es nuestro derecho y obligación. Hoy 10 de abril es nuestra responsabilidad hacer uso de la democracia para evaluar a quien está en la presidencia del país. A partir de hoy, sin importar qué partido esté en el poder deberá ser revocado si su desempeño lo amerita. “No más ladrones cínicos vende patrias”. Esta consulta no es un montaje es una realidad, que muchos temen porque creen que regresarán al poder en 2024 y cada ciudadano volveremos a hacer uso de nuestro derecho de revocación de mandato ante ellos. Recuerda que callar es otorgar.
Hoy 10 de abril de 2022 es ratificación.
“El hombre selecto es el que se exige más que los demás” y para el hombre medio “…vivir es ser en cada instante lo que ya son, sin esfuerzo de perfección sobre sí mismos, boyas que van a la deriva”. (José Ortega y Gasset)

Mujeres en marcha
Fernando García Álvarez
Reportaje gráfico de la marcha por el día internacional de la mujer en la Ciudad de México el 8 de marzo de 2022.
Antes de que se estableciera este gobierno en 2018, al salir a hacer la cobertura fotográfica de las marchas, manifestaciones o plantones yo tenía que cuidarme de las golpizas y represión de granaderos, policías, militares y grupos de provocadores violentos al servicio del poder político. Es impresionante como han cambiado los contextos en tan poco tiempo, ahora este 8 de marzo de 2022 de lo que me tuve que cuidar fue de la represión que ejercen los poderes facticos a través del llamado bloque negro, un grupo minoritario de golpeadoras que tienen la consigna de alterar el orden, destruir, intimidar y básicamente sabotear la marcha, desprestigiar la muy legítima protesta de las mujeres en busca de la igualdad y equidad de género.
Me siento afortunado, además de codazos un golpe en la cara y un intento por picarme con un palo el ojo descubierto cuando tomaba una foto la agresión no pasó a mayores, varias décadas de experiencia me permitieron estar alerta, aunque a varios compañeros fotógrafos y reporteros agredidos les fue mucho peor y terminaron en el hospital con las cámaras rotas. Indignado me pregunto el porqué de la represión, es evidente que desde las cúpulas del poder empresarial, de la banca, los medios de comunicación y la iglesia en connivencia con los intereses de Estados Unidos se pretende generar una imagen de desestabilización, una falsa percepción mediática de caos e ingobernabilidad a través de los actos vandálicos de unas decenas de porros bien entrenados y equipados.
La marcha fue una hermosa demostración del poder de las mujeres conscientes que no cayeron en las provocaciones y se hermanaron con las mujeres policías a las que llevaron flores en lugar de agredirlas como en las marchas pasadas. Fue emotivo marchar con los diversos contingentes de todos los sectores sociales que nutrían con su alegre y combativa energía la multitudinaria manifestación. El país sigue evolucionando, viva la revolución pacífica, ahí están las imágenes.

Perro no come perro
Fernando García Álvarez
“Perro no come perro” me dijo el chino Valderrama al cuestionarle la honestidad de algunos periodistas de altos vuelos de la radio, televisión, revistas y periódicos famosos de circulación nacional que pasaban mes con mes a recoger su cheque en aquella oficina de prensa en la que yo empezaba a trabajar después de haber terminado mis estudios en el Colegio Americano.
El chino Valderrama era un pragmático hombre ya mayor que usaba bigote y pistola al cinto, alegre y dicharachero oriundo de un pueblito de Michoacán había hecho carrera en diversos periódicos y revistas de la Ciudad de México como reportero gráfico. En esos momentos a mediados de los 80 yo lo tenía como jefe inmediato, con el asistí a mi primera asignación para cubrir la fuente de la presidencia de la república en la develación de una estatua en Paseo de la Reforma del líder fundador de la segunda república de Yugoeslavia después de aniquilar a los nazis; Josip Bros Tito.
Todo fue emoción al procesar los rollos de película fotográfica pero uno de ellos se pegó al quedar mal enrollado en el tambo de revelado con tan mala suerte que la foto oficial (los dos mandatarios dándose la mano) quedo inservible, yo era el responsable del laboratorio y como castigo tuve que ir por una foto prestada caminando (y no en motocicleta) desde Tacubaya hasta la oficina de prensa de la presidencia en Los Pinos que es como llamaban a la residencia Presidencial ubicada en el bosque de Chapultepec.
Ya en la oficina de prensa me dieron dos sobres uno grande con la foto en blanco y negro y otro más pequeño, así que regrese a toda velocidad y entregue al chino los sobres. El reviso a detalle primero la foto y luego abrió el sobre pequeño quitando un par de grapas, contenía varios billetes de alta denominación, tomo la mayoría y me extendió con la mano el resto, el gesto me lleno de un asco que no pude disimular – No gracias chino- Le dije con repugnancia. Asombrado y furioso me contesto – como quieras pinche chamaco pendejo, sigue así y tendrás muchos problemas en tu carrera-. Luego metió todo el dinero en su raída cartera haciendo una mueca burlona. Su sentencia profética me ha perseguido siempre.

Las expresiones de apoyo al gobierno de Andrés Manuel López Obrador siguen siendo ignoradas, manipuladas y tergiversadas por la prensa empresarial, Zócalo de la Ciudad de México. Foto de Fernando García Álvarez
Los salarios (como ahora) eran muy bajos para la mayoría de los compañeros reporteros y fotógrafos, cuando alguno se atrevía a reclamar el chino Valderrama le gritaba “Perro que ladra no muerde”. Así inmersos en la precariedad laboral muchos de ellos no perdían oportunidad alguna de estirar la mano cuando les arrojaban la dadiva dulce pero espinosa conocida como “Chayote”, embute o posteriormente “la Talis”.
Como castigo por no aceptar esos billetes espinudos me pusieron por varias semanas a preparar hasta altas horas de la noche las canastas o arcones navideña para agasajar ese fin de año a los “Maestros del periodismo” que cobraban ahí mensualmente. Descubrí también la certeza de otro refrán repetido cotidianamente por los compañeros; “Hasta entre perros hay razas”.
A Jacobo Zabludovsky falsario y contumaz vocero del régimen corrupto y dictatorial durante los 27 años que fue conductor del noticiero 24 horas (de Televisa) en la televisión mexicana por ejemplo, le enviaban a su mansión en las Lomas de Chapultepec varias veces al año todo tipo de vinos, coñac, güisquí, champagne y una casi infinita selección de finas viandas importadas; Piernas de jamón serrano español, caviar ruso, queso holandés, chocolates belgas, pavos, codornices, butifarras españolas, bacalao Noruego, galletas, arreglos florales, piezas de porcelana de Lladró, etc,. En cambio, a los modestos reporteros de a pie que cubrían la fuente tan solo en navidad les daban si acaso una botella de vino barato con algunas latas de sardinas o atún, así las cosas, recordé que “Al perro más flaco se le cargan todas las pulgas”.
Casi una década después cubriendo el levantamiento zapatista en Chiapas, una vez más, como siempre vi ese frotar de manos y sonrisas exultantes de muchos compañeros de la prensa cuando les avisaban vía radio comunicador o “Viper” que había llegado “la Talis”, es decir “La Lista” de la presidencia en la que estaban los nombres de todos estos trabajadores de los muchos medios locales, nacionales e internacionales que periódicamente reclamaban su Chayote, a veces disimulado en el interior de un libros, revistas o cualquier sobre.

Las expresiones de apoyo al gobierno de Andrés Manuel López Obrador siguen siendo ignoradas, manipuladas y tergiversadas por la prensa empresarial, Zócalo de la Ciudad de México. Foto de Fernando García Álvarez
En consecuencia, sí revisamos la cobertura que publico la prensa corporativa de ese hecho histórico en 1994 en la mayoría de los casos descubriremos que todo fue filtrado, torcido, falseado y tergiversado hasta quedar solo la propaganda del gobierno de aquella época, la erudita vox populi señala que “Con dinero baila él perro”. Ese año uno de los premios nacionales de periodismo que otorgaba en mismo régimen por citar alguno, fue para el corrupto diario El Universal, “Tenga perro sus croquetas”.
Sopeso estas reflexiones al tratar de analizar el asunto de los continuos ataques a los auténticos trabajadores de los medios independientes víctimas de los poderes facticos en el contexto de la noticia que revela los astronómicos “salarios” de “Lord Montajes Loret de Mola” que se presumen en al menos 35 millones de pesos anuales y su repentina, fingida preocupación por el gremio de los comunicadores a los que por cierto siempre ha ignorado, menos preciado, maltratado en sus foros y programas aplicándoles unas chingas “de perro bailarín” y de los que nunca ha vindicado ni suscrito en sus demandas laborales, respeto a sus derechos humanos o de libertad de expresión.
Me remito también a la tradicional mansedumbre, ignominiosa apatía y terrible falta de conciencia política de un número todavía importante de miembros del gremio de periodistas que por miedo al despido, abulia, conveniencia o ignorancia aceptan sumarse a los simulacros y farsas como las muy recientes de dar la espalda a los diputados en la Ciudad de México o negarse a participar en la conferencia mañanera del Jefe del ejecutivo como falsa y manipulada protesta por los compañeros recientemente asesinados, llevando así agua al molino de “Lord Montajes Loret de Mola”, Patiño del payaso misógino de “Letrinus” y que hipócritamente se dice perseguido por el ahora presidente del país, tratando en todo momento de presentarse como víctima y ocultando un pasado ignominioso al servicio de quienes siguen traicionando al pueblo de México, como dicen en mi pueblo “perro que come cagada aunque le quemen el hocico”.
Ahora lo sabes querido lector conozco al monstruo desde sus entrañas, he vivido lo suficiente para saber por qué los falsos mesías de la prensa sicaria y prostituida valen su peso en oro para los sanguinarios oligarcas heridos en su ego y en su bolsillo por un nuevo gobierno que empieza a acotar su voraz rapiña en el país y a exhibir sus fortunas mal habidas que esconden en “paraísos Fiscales” ergo lavado de dinero porque “Perro viejo no aprende truco nuevo”.
Los compañeros vilmente asesinados, todos ellos han sido gente comprometida con su comunidad junto a la que han luchado codo a codo y por ello han sido blanco de la cobarde agresión de los caciques locales que asociados con la delincuencia organizada en localidades donde la ausencia del poder del Estado les ha permitido fungir como verdugos de los buscadores de la verdad, periodistas que trabajan en beneficio de las mayorías. Para los Tiranos codiciosos y sin escrúpulos sigue vigente la brutal expresión “Muerto el perro se acabó la rabia”.
La guerra mediática a la someten a las audiencias tratando de controlar sus mentes para incidir en la percepción de la realidad es cada día más salvaje, descarnada y es que hay muchísimo dinero en juego, más del que pudiéramos imaginar en la más delirante fantasía, la propaganda que se difunde a golpe de billetazos o cañonazos de monedas de oro sigue siendo muy efectiva porque algunos de los menesterosos trabajadores de la prensa aun reñimos brutalmente entre nosotros por los despojos y las sobras de los patrones, como famélica jauría rabiosa que desconoce la solidad con los débiles, perseguidos y las víctimas de la violencia económica, laboral y física, del gremio.
Desunidos hemos sido presa fácil incluso con la complacencia de compañeros traidores, capataces carroñeros pervertidos en un servilismo esclavo con los patrones por lo que me atrevo a afirmar hoy por hoy que “Perro sí come perro”.

La prensa comprometida, independiente, ciudadana es víctima de la represión que ejercen mayormente los poderes empresariales, religiosos y de la delincuencia organizada. Zócalo de la Ciudad de México. Foto de Fernando García Álvarez
Un viejo exiliado con él que algún día polemizaba por su “valiente” huida del país que lo vio nacer a la hora de la verdad, a la hora del té, a la hora de los chingadazos pues, y una pretendida superioridad moral para venir a darnos cátedras de valor revolucionario, en algún momento tratando de descalificar me espeto; “Sos un perro muy flaco para querer ladrar tan alto como perro gordo” Yo lo sé, siempre lo he reconocido tan solo soy “Un perro negro y callejero” enamorado de misteriosos ecos de la noche, que en el corazón del barrio obrero aúlla desde la oscuridad #YoNOsoyLoret y mucho menos Perro del Mal.
Vi las mejores mentes de mi generación destruidas/por la locura, hambrientas histéricas desnudas, /arrastrándose por las calles de los negros al amanecer/en busca de un colérico pinchazo, /hípsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua/conexión celestial con el estrellado dinamo de la/maquinaria nocturna.,
“Aullido”, poema escrito en Berkeley california por Allen Ginsberg en 1955
Luís Fernando Ulloa Hosking
marzo 19, 2022 en 5:50 pm
La propuesta de juzgar a todo eexpresidente, es un derecho y obligación que deberíamos de tener todos los mexicanos.