Política

Primavera de odio y las flores del mal

Flores de pétalos vibrantes como tentáculos…

Primavera de odio y las flores del mal

Fernando García Álvarez

A Claudia Sheinbaum

Jefa de Gobierno de la Ciudad de México

He recibido la soleada mañana de este sábado de primavera que venía acompañada del canto de los pajarillos posados en un frondoso árbol sembrado hace veinte años, un liquidámbar funámbulo de los cables eléctricos que ha crecido imperturbable ante la polución, orines, heces de perros y basura que arrojan en la base de su imbatible tronco algunos de los ilustres habitantes de este viejo barrio. Como toda belleza esos instantes de matutina gracia son efímeros porque unas horas más tarde en la salvaje pradera de asfalto y tabiques que habito se abren los botones de incontables flores tan llamativas como venenosas, flores de pétalos vibrantes como tentáculos que se extienden hasta el último rincón de cada casa, dardos invisibles, atronadores como abejorros nucleares que taladran mis oídos con la potencia de cientos de Watts y otros tantos decibeles con los tóxicos ritmos de básicos compases anémicos que no quiero mencionar.

Y ya pasada la media noche sigue uno con la necedad de querer vivir con cierta tranquilidad en el encierro obligado por la mal querida pandemia ya que esas bocinas malditas de inalámbricos entramados digitales siguen rugiendo acompañadas en destemplados coros de beodos imberbes que vienen y van en ñoñas motonetas cuyos pedos retumban hasta en la última neurona de los vecinos agazapados en los rincones de la casi locura. Sí, tengo la indescriptible fortuna de tener un expendio de micheladas instalado en la banqueta a unos metros de mi humilde hogar desde hace más de un año, negocio prohibido según nos lo comunicó ud. Claudia Sheinbaum jefa de gobierno de esta muy noble y leal Ciudad de México. No me pregunte por la eficacia de las autoridades de la alcaldía porque no sé si llorar en silencio o gritar desesperado. ¿La policía? Atendiendo seguramente cosas importantes en algún barrio elegante y no piense que es discriminación porque en esta ciudad es delito y también está prohibida.

Para sobrevivir a esta condena más terrible que el cáncer con el que he luchado estos años trato de alejar malos pensamientos cavilando ¿acaso debo juzgar severamente a mi querido alcalde tan ocupado en la búsqueda de su eminente reelección?, ¿mi sino funesto está escrito con saliva de dipsómano en los anales de México Tenochtitlan?, ¿tengo derecho a odiar a esos pobres mortales que envenenan a tantos jovencitos con alcohol y Covid?, ¿será que nos invisibilizan, desprecian y maltratan por ser modestos profesores?

Fotografía de Fernando García Álvarez

Definitivamente no, aunque ya sean las 12:50 horas pasada medianoche y los vidrios de la ventana sigan resonando me rehusó a vibrar en esas frecuencias bajas que atraen el karma, mejor analicemos la situación mientras amanece con la ilusión de que los borrachos de pronto se retiren con la música a otro lado, los bolsillos vacíos y los cerebros fulminados.

¿Qué es el odio, por qué odias, por qué odiamos, se aprende a odiar o nacimos odiando? Escriben algunos conocedores del tema que el odio es un sentimiento profundo ligado a las ideas, un sentimiento muy parecido en su estructura al amor, pero el odio busca la destrucción, odiamos aquello que sentimos nos amenaza con un profundo daño, entonces la intensidad de nuestro odio será proporcional a los daños que hemos recibido en el pasado. El psicoanalista estadounidense Otto F. Kernberg dice que la capacidad potencial para el amor o el odio existe desde el nacimiento, la capacidad innata hacia esas emociones complejas existe en todos los seres humanos, bajo condiciones normales dominará el amor sobre el odio.

 Amar y ser amado es una necesidad profunda del ser humano. Aquí debo contextualizar, recordando la feroz epidemia de rabia contagiada, desde la televisión y diarios de circulación nacional e internacional, a los mexicanos.

 La colonización emocional existe no sólo porque existe un colonizador sino porque el colonizado tiene una gran necesidad afectiva de contacto, una necesidad de cariño, una necesidad de valoración es así como termina aceptando lo que el colonizador le va imponiendo de una manera velada o subrepticia, con tal de que esas necesidades sean gratificadas. Acepta, por ejemplo, que los ricos son los que deben gobernar el país porque “ellos estudiaron en el extranjero y saben hablar inglés”.

Cuando estamos colonizados por el odio estamos obviando demasiado al tiempo y a demasiadas personas, para odiar se necesita establecer fronteras a nivel individual y grupal, delimitar en segmentos a los grupos y del grupo odiado extraer la característica más superficial, poco compleja y muy general, algo así como nombrarlos morenacos, chairos, plebe, perrada, infelizaje. Los colonizadores o traficantes del odio consiguen mover las emociones a partir de unas ideas muy básicas y superficiales es decir estereotipos pues el odio prende o germina por narrativas es decir historias, al igual que el amor estas crónicas son más efectivas cuanto más difusas y excluyentes han sido de la primera persona donde el narrador se victimiza presentándose como una buena persona y aunque el odio comparte la misma estructura que el amor no son iguales. Como ejemplo solo citaré a Lord montajes también conocido como Carlos Loret, francotirador a sueldo que no se cansa de acusar en todo momento una persecución en su contra.

En el llamado narcisismo de las diferencias, Freud dice que los seres humanos soportamos mal las diferencias y las justificamos odiando, en el fondo todo esto es el miedo a lo diferente y al cambio que genera esta emisión. En las historias el odiado será una persona inmunda, sórdida, deshonesta, depredadora, siendo así que el odio trae consigo el concepto de calamidad o infortunio.

Nueva gráfica oaxaqueña en las paredes de la Verde Antequera. Fotografía de Fernando García Álvarez

Recuerde usted esa vieja, eterna y falaz campaña de medios contra el hoy presidente de la nación Andrés Manuel López Obrador de ser un peligro para México. Según Josep Goebbels, el mundo no le pertenece a las masas sino a quien las organiza y esto lo saben muy bien los instigadores, los mercaderes del odio, además estamos hablando que el odio es alimentado por la soberbia, la traición, la envidia, la avaricia, las emociones y sentimientos negativos, el odio es uno de los vicios del espíritu humano contrario a las virtudes que pregona falsamente una iglesia católica comprometida con grupos económicos de derecha de dudosas intenciones.

Aprendemos a odiar porque nos han enseñado nuestros padres, nuestras familias, nuestro entorno y los medios de propaganda disfrazados de canales de esparcimiento. Los medios de comunicación que son los defensores del poder empresarial, del poder político y del poder religioso crean las pautas del bien y el mal para favorecer o perjudicar a los aliados o enemigos según convenga en su momento, los objetivos fundamentales de estos medios siendo negocios, son los de lucrar y controlar a través de la supuesta venta de información y entretenimiento convirtiéndose así en realidad en reproductores ideológicos del statu quo. Los periódicos Reforma y El Universal sólo por citar algunos son muestras evidentes de esos vectores de odio.

Todos los medios tienen intereses claros y definiciones ideológicas, la comunicación es así una forma de dominación que permite la manipulación en la que la distracción es la principal arma de control de los mecanismos manejados por los sicarios de la información y mercaderes del odio. Las noticias, según Goebbels, deben servir para dar instrucciones y no para informar, la propaganda es el mejor entretenimiento donde los arquetipos sociales son implementados para aceptar paradigmas de la sociedad de consumo y dividir al pueblo. Por ejemplo, las telenovelas son el paradigma de la ética social donde los elementos aspiracionales incluyen celos, deseo, hipocresía, traición, ambición desmedida, etcétera.

Esta distracción genera un flujo de información en la mente del espectador que lo aleja de su problemática real y lo tranquiliza manteniéndolo fuera de las calles para evitar que participe en marchas, manifestaciones y protestas, distrayendo su atención hacia otro lado, el fútbol o las infinitas series de Netflix. Es así como los traficantes del odio al ser líderes fanáticos tienen como objetivo principal inocular su virus mental de rabia y violencia en busca de la destrucción de las amenazas hacia su situación de poder y esto en tiempos electorales es fundamental en su cruzada por detener el cambio de régimen que propone la cuarta transformación.

Decía Simón Bolívar que más que por la fuerza nos dominan por el engaño, basta no permitamos que la falsedad continúe. Distinguida Claudia Sheinbaum Jefa de Gobierno de la Ciudad de México la voluntad política de muchos funcionarios al servir al pueblo no llega hasta mi colonia, ya clarea el nuevo día, mi mujer no tarda en empezar a preparar sus clases de literatura, con el deseo de no enloquecer pronto y aspirando sobrevivir hasta el día que me toque una vacuna Covid le envió saludos afectuosos y mis respetos, siempre desde la izquierda.

                                                                 Ipan in Xictli Mextli, domingo 18 de abril de 2021

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